En el capítulo 151 de “Sueños de Libertad”, que se emitirá el miércoles 25 de septiembre, los espectadores serán testigos de varios momentos llenos de tensión y drama. La trama comienza con Gema llegando justo a tiempo para evitar que María cometa una locura, aunque María le confiesa que en realidad nunca tuvo la intención de hacerlo. Por su parte, Luz finalmente abre el sobre que Marta le entregó en nombre de Jaime, y con gran emoción descubre que Jaime, antes de morir, logró conseguirle el título oficial de medicina a través del Doctor García.
Mientras tanto, Damián informa a Marta que él tomará el control de la fábrica en lugar de su hermano Jesús, quien será destituido de su cargo. Para asegurar que Marta acepte esta decisión, Damián le promete que tolerará su relación con Fina, y en un gesto simbólico, quema fotos de Jesús. Sin embargo, a pesar de las provocaciones de Damián, Marta mantiene la calma y toma la decisión contraria a lo que él esperaba.
En otro lado, Joaquín deshace los cambios que Taxio había hecho en los turnos de trabajo, y cuando Mateo entra en la tienda para despedirse de Claudia, los dos se entregan a un apasionado beso, reavivando su amor. Digna, por su parte, se niega a permitir que Julia siga incomunicada y sin poder hablar con Vegoña, por lo que, con la ayuda de Damián, consigue el número de teléfono del pabellón donde está Julia. Aunque logran contactarla, la conversación no resulta como lo habían esperado.
En paralelo, Andrés tiene una conversación con María tras las recientes revelaciones, y Gema le confiesa que estuvo a punto de quitarse la vida. A pesar de que Andrés muestra más empatía hacia ella, deja claro que su matrimonio está completamente roto. En una conversación posterior entre Tarde y Vegoña, ambos se dan cuenta de que están atrapados en relaciones tóxicas con personas dispuestas a hacer lo que sea para mantenerlos a su lado. A pesar de la difícil situación, Tarde y Vegoña empiezan a considerar qué hacer para liberarse.
Finalmente, Damián le comunica formalmente a Jesús que ha sido destituido, y en un momento de desesperación, Jesús contempla la idea de apuñalar a su hermano con un abrecartas. Sin embargo, en el último instante, decide no hacerlo y reflexiona que la venganza es un plato que se sirve mejor frío, dejando claro que planea hacer algo más calculado y a largo plazo.
