Begoña Denuncia los Crímenes de Jesús y Planea una Huida Desesperada
Begoña no puede creer el cinismo de Jesús, quien pretende que ella olvide la violación con unas caricias y un ramo de rosas. Para colmo, él niega haberla forzado, afirmando que solo hicieron el amor, un “deber” de todo matrimonio. Ella recurre de nuevo a los tranquilizantes.
Humillada, prácticamente sola y abrumada por los recientes acontecimientos, la enfermera toma una drástica decisión: huir de la mansión. Para ello, reserva un billete de tren y se despide de Julia, sin que la niña sepa que su madrastra está a punto de marcharse.
En la tienda, frente a Isidro, a Fina se le escapa que Damián y Digna iban a casarse, aunque la cocinera le comentó recientemente que rompió su compromiso con el patriarca. Su padre aumenta sus recelos después de sorprender a la pareja discutiendo y sospecha que algo grave ha ocurrido.
En el vestíbulo, lista para escapar con la excusa de que va al cementerio, Begoña se topa con Andrés y María, que regresan felices del pícnic con el que el exmilitar sorprendió a su esposa. Además, esquiva la desconfianza de Damián, quien se ofrece a llevarla para evitar que conduzca tras haber tomado calmantes.
Por su parte, Gema, en un intento de ayudar a su marido, contacta por su cuenta con Sonsi, la sobrina de Ricardo Peralta, el dueño de las tierras donde se construiría el balneario. En lugar de agradecerle, Joaquín monta en cólera y vuelve a gritarle recordando sus escarceos con Ernesto.
Mientras tanto, Claudia se va de la lengua y Carmen se entera de que Tasio está vendiendo electrodomésticos en la colonia sin su permiso y a pesar de las advertencias que le hizo sobre el dudoso negocio de Íñigo.
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En el dispensario, Luis le explica a Jaime que tiene molestias en el estómago y, al examinarlo, el médico sufre una de sus crisis, quedando sin visión y con fuertes temblores. En ese momento, aparece Luz y evita que el perfumista sospeche algo.
Tras su charla con Fina, Isidro pregunta a Damián qué ha pasado con Digna. Su amigo reconoce que le pidió matrimonio y ella aceptó, pero se arrepintió por miedo a la reacción de sus hijos y sobrinos. No obstante, se muestra reacio a dar más detalles al chófer.
El efecto de las pastillas provoca que Begoña tenga dificultades para conducir y la Guardia Civil la detiene. Entonces, ella revela a los agentes que su marido es un criminal que asesinó a su primera esposa y a su primo, y que casi la mata a ella de un disparo. Los agentes la acompañan al cuartel para que interponga la correspondiente denuncia.
Paralelamente, Jesús plantea a la junta directiva la propuesta de Isabel, que ha hecho suya, de expandir el negocio de las perfumerías al mercado estadounidense a través de la base de Rota. Marta desdeña la idea y empieza a aborrecer a la secretaria.
En el almacén, Carmen reprende a Tasio por ignorar su opinión, pero él insiste en que ese negocio les reportará cuantiosos beneficios. Cuando admite que ha solicitado dinero a Damián, a ella se la llevan los demonios y repite que Íñigo no le inspira confianza. Poco después, su compañero desaparece sin dejar rastro.
Mientras tanto, Marta, con Jaime escondido en la trastienda, acude a la consulta y sugiere a Luz que su marido podría estar padeciendo alguna enfermedad que se niega a compartir con ella. La doctora insinúa que se trata de un asunto delicado que él debe confesarle. Luego, el doctor Berenguer discute con su compañera y esta le advierte de que su esposa no aguantará mucho más.
Por la noche, Digna consigue finalmente que Joaquín entre en razón y acepte la ayuda de Gema para localizar al dueño de los terrenos donde se encuentran las aguas termales. Además, Luis anuncia que deja la colonia y regresa a casa con su familia.
En la fábrica, Damián y Jesús se extrañan de que Begoña aún no haya regresado del cementerio. En ese momento, un sargento de la Guardia Civil entra en la oficina y comunica al empresario, con el rostro descompuesto, que su mujer acaba de denunciar sus crímenes…